jueves, 11 de octubre de 2007

Frecuencia Indigo

Frecuencia Índigo: Niños Índigo
Por Nina Llinares



¿Cómo “despertamos” al camino espiritual?


El deseo de paz interior, de disfrutar con las pequeñas cosas de la vida, el afán de encontrar el sentido de la propia vida, el sentir paz interior... hace que una persona empiece a darse cuenta de que tiene ciertas inquietudes, no muy bien definidas, pero que le llevan a la búsqueda de “no sabe qué” todavía pero que le lleva a ponerse en movimiento hacia “alguna parte”.

Este movimiento desarrolla una especie de alerta receptiva ante cualquier información que pueda llenar ese vacío no racional. En ocasiones se le llama “interés por el crecimiento personal” o “expansión de conciencia”, o incluso “compromiso espiritual con uno mismo”.

La definición es lo de menos para los “buscadores”.

El denominador común para todos es el hecho de entrar en una dinámica de “darse cuenta”. Este darse cuenta se llama realidad sincrónica. Se empieza a ver la realidad de dos maneras: a) la verdad que percibe nuestra mente lineal a través de los sentidos físicos y b) la verdad que se REVELA ante la percepción interna.

La percepción repara ahora en que nada es casual sino causal y ahí empieza un cambio. Esta es la entrada al inicio de conexión con las nuevas energías que llevan hacia la Cuarta Dimensión que cada uno de nosotros realiza.

Así es como desde la 3ª dimensión integramos ya la 4ª. La Cuarta Dimensión es un estado de consciencia que, aunque global e igual para todos los seres humanos, es aprehendida, incorporada, vivenciada e integrada de forma personal, ya que depende del personal proceso evolutivo: las características son las mismas para todos pero la integración en la vida y circunstancias de cada uno de nosotros es diferente.

En la 4ª dimensión trascendemos el sentido del tiempo tal y como lo conceptuamos ahora. En la 3ª dimensión hacemos separaciones entre observador y objeto que se observa. En la 4ª dimensión la consciencia está expandida y no hay conceptos lineales: tanto observador como objeto que se observa son una sola realidad; se sienten a la vez.... el observador se siente UNO con lo que observa y no se vive ya separado de nada: puede ser paisaje, estrella, árbol, prójimo, dios, río, flor...

Sólo es la apariencia, el “maya”, la ilusión lineal de la Tercera dimensión lo que nos hace creer que vivimos en la dualidad, en las medidas, en el tiempo... en la separación.

Para entrar en la Nueva Dimensión vamos dejando atrás los antiguos “trajes” con los que hemos funcionado cuando nos sentíamos limitados por el tiempo:

• los roles de sexo

• los roles de edad

• los apegos

• el afán de protagonismo

• los juicios, críticas, mentiras...

• ...los miedos del ego.

...y nos vamos “revistiendo” de otro tipo de vestimentas, y ninguna de ellas tiene etiquetas de tiempo.

Se nos ha dicho que en la 4" dimensión el tiempo desaparece. Y sí, eso es precisamente lo que sucede, pero esto no quiere decir que de repente, de un día para otro, la raza humana guarde sus relojes en los armarios.

Quiere decir que se trascienden ideas y formas de pensamiento muy vinculados hasta ahora con el concepto del tiempo y sus roles: la 4ª dimensión es, como he dicho anteriormente, un estado de conciencia y en el que se vive desde el 4º chakra, es decir desde LOS SENTIMIENTOS, en el sentido de ir integrando cada vez más la vida desde el amor incondicional: es el YO SOY UNO CON TODO, trascender la separación.

Esto es tener la consciencia expandida para poder sentir (sin apegos) que todo lo que existe está unido: no hay separación en nada.

La Ley de Afinidad seguirá operando y esto quiere decir que lo afín atraerá a lo afín y repelerá a todo aquello que sea de una frecuencia inferior. El fin ultimo de la Evolución es la Unidad, pero para alcanzarla estamos aprendiendo a volver a ella, venciendo la ilusoria apariencia de que en algún momento salimos de la Unidad Amor y nos sentimos diferenciados: Energía Superior/Dios y lo inferior/el hombre.

Hasta que todo lo que existe en el universo, cada átomo, partícula, célula, electrón... cobre conciencia de que es DIOS EN ACCIÓN/EVOLUCIÓN y eleve su vibración, es decir, se Ilumine, no alcanzaremos la cumbre multidimensional. Pero de momento ya tenemos bastante “trabajo” con trascender la Tercera dimensión e ir integrando las nuevas frecuencias de la Cuarta.

Este es el motivo por el cual no toda la humanidad “entrará” de golpe en la 4ª dimensión, y más sabiendo que la 4ª dimensión no es un lugar ni un destino espacial: la 4ª dimensión está aquí y ahora: es un enfoque nuevo con relación a la vida, a la evolución, a las relaciones... a todo.

No se trata de amar a todo el mundo, no se trata de desapegarse de todo, no se trata de vigilar el cielo en busca de esas naves amorosas que vendrán a rescatarnos cuando esto reviente..., no, eso no es la 4ª dimensión.

En la 4ª dimensión se puede tener y poseer, pero sin apegos, es decir, aplicando lo que se tiene (ya sean recursos, ideas, dinero, amor...) para hacer el bien, para ayudar a otros, para sentirse próspero y en plenitud... llevando a la práctica la frase “Dios es facilidad”.

Como he dicho, la Ley de Afinidad estará en vigor mientras existan diferentes bandas de frecuencia y lo afín atraerá a lo afín.

Las relaciones con otras personas seguirán generando afinidad, rechazo o indiferencia. Sin embargo, en la conciencia expandida de 4ª dimensión ya no hay apegos: se ama en un eterno ahora, lo cual excluye el miedo a la pérdida, al abandono, al rechazo... puesto que ya no se juzga ni se critica ni se miente ni se manipula... simplemente se acepta la realidad de cada prójimo y se comparte lo que se puede viendo y sintiendo una posibilidad de aprendizaje/evolución en cada circunstancia, en cada relación interpersonal.
Y cuando no se sienta afinidad, simplemente se aplicará el respeto de una actitud desprovista de emociones en la medida que se pueda: no juzgar, no criticar, no censurar y, sobre todo, no condenar.

Si todo lo hasta ahora expuesto “te suena”, no lo dudes: tú estás ya “hace tiempo” en la Cuarta Dimensión.

La Cuarta dimensión no llega un día cuando estas durmiendo y te cae encima. Tampoco es un lugar al que tengas que ir con recomendación ni billete. La Cuarta dimensión ya está en ti, vive en ti: es tu conciencia expandiéndose.

En la 4ª dimensión parece que uno vaya muy deprisa hacia alguna parte y en realidad es así: viajamos hacia el interior de uno mismo, hacia el corazón, hacia el latido de la vida misma, hacia el centro de unión con todo lo que pulsa.

La Cuarta dimensión SÓLO es una parte más de la MULTIDIMENSIONALIDAD por la que transitamos: vivámoslo pues con normalidad, puesto que todos estamos cada vez más preparados y está bien que cada vez más estemos mejor informados: ya pasó el tiempo de la confusión: TODO LO QUE NECESITAMOS SABER ESTA EN NUESTRO CORAZÓN, EN NUESTRO CUARTO CHAKRA O VÓRTICE DE SALTO HACIA LAS ESFERAS SUPERIORES DE LUZ.


¿Cómo notamos el cambio?

Para integrar la 4ª dimensión y que arraiguen en nosotros las nuevas frecuencias, SÓLO hay que llevar a cabo un cambio: EL DE ACTITUD.

Y, además, este cambio se va produciendo de forma automática y al ritmo natural de cada persona: vamos cambiando la alimentación, las pautas de conducta, las preferencias, la escala de valores... Puede ser todo lo complicado o todo lo sencillo que tu sientas que ES.

Este cambio de actitud nos guía hacia y hasta todo tipo de ayudas, facilidades y recursos a nuestra disposición para apoyar el cambio que se está dando incluso físicamente: si la frecuencia vibratoria se eleva, por añadidura se lleva también la composición química de nuestro organismo a nivel hormonal, glandular, ya que el sistema glandular está directamente relacionado con nuestros centros vitales o chakras.

Desde hace algunos años y, más concretamente, desde principio de los 70 hasta ahora mismo, están llegando al planeta muchas ayudas de la banda de frecuencia ÍNDIGO.


¿Qué es la frecuencia ÍNDIGO?


La frecuencia ÍNDIGO es una calidad y cualidad energética que pertenece a la más alta vibración de evolución del Universo y que ya estuvo aquí arraigada antes de que existiera el tiempo tal y como lo entendemos ahora.

Es una frecuencia muy, muy espiritual. Procede directamente de la Unidad, del sol de nuestro sol, y dentro del espectro de la Luz Blanca Espiritual define las características necesarias para aportar, dentro de la evolución de mundos, la vibración necesaria para que exista, inalterable, la conexión de esferas superiores en cualquier proyecto evolutivo cuando se está llevando a cabo una “siembra” evolutiva.

Este planeta, “EL PLANETA AZUL”, era en un principio, un proyecto ÍNDIGO, es decir, aquí se podía llevar a cabo el desarrollo de una humanidad hecha a imagen y semejanza de su origen o Unidad: LOS SERES HUMANOS TENÍAN AQUÍ LA POSIBILIDAD DE APRENDER A SER DIOSES CREADORES.

El proceso era el de aprender a crear en la materia disminuyendo la frecuencia vibratoria para aprender a manifestar y elevar la frecuencia de toda una gama de formas de vida dispuestas en lo que conocemos como elementos de la naturaleza: se trataba de crear “archivos vivientes” que pudieran contribuir, desde el amor, a toda la evolución de todos los sistemas de vida del Universo.

Los seres que aquí llegábamos en nuestro proceso de expansión de la Luz del Origen permanecíamos en nuestro estado de conciencia Multidimensional. Esto quiere decir que no estábamos ni nos sentíamos disociados, separados de nuestros linajes estelares, de nuestros vínculos a energías superiores, de bandas de frecuencia espirituales. Se puede decir que éramos súper-hombres o semi-dioses: Teníamos la capacidad y el vínculo para poder crear.

Sin embargo, se cometió un error (que nos llevó al horror): algunos de nosotros caímos en el “pecado de la soberbia espiritual” y nos disociamos, de alguna manera nos separamos de la fuente del Origen: creímos que podríamos crear sin ayuda superior, contando sólo con las fuerzas de la naturaleza que aquí había. Este fue el principio de la magia negra. La frecuencia Índigo se fue desconectando por un proceso natural: aquello en lo que se deja de poner la atención, termina por desaparecer de la realidad y aparentemente deja de existir.

Esto quiere decir que la frecuencia índigo nunca desapareció, simplemente se dejó de “utilizar”.
Siempre hubo seres que la recordaban (a pesar de la “amnesia” general).

Nunca hemos estado solos: nuestros seres superiores o Maestros de Sabiduría siempre han estado ahí, fuera del tiempo, esperando a que recobráramos la conciencia (y la cordura) para darnos cuenta de que no estamos separados. Son seres tan amorosos como lo es un Padre/Madre amoroso que permite que sus hijos cometan libremente todos los errores necesarios hasta que por sí mismos se den cuenta de que se están equivocando y siguen con los brazos y el corazón abiertos su regreso, a que aprendan de su propia ignorancia, sin juzgar y sin sentir que ha habido equivocación: sólo aprendizaje.

Los pocos seres que recordaban esta frecuencia siempre han intentado que de nuevo se arraigara: la frecuencia Índigo tuvo su apogeo en la evolución de Atlántida: se manifestaba a través de la refracción de grandes cristales de cuarzo y se proyectaba constantemente para impulsar la evolución que aquí se pretendía, en este planeta Azul.

Cuando perdimos la conexión de las frecuencias espirituales, perdimos la codificación de nuestro sistema evolutivo de 12 filamentos y nuestro ADN quedó como nos lo ha enseñado la ciencia.
Sin embargo, siempre ha habido una manera de volver a tener conectado el sistema de filamentos de 12: a través de estados alterados de conciencia o estados meditativos a través de los cuales podemos conectarnos con otros niveles de realidad o también llamados planos internos.

Los sobrevivientes y guardianes de sabiduría de la Atlántida llevaron (o intentaron llevar) esta frecuencia Índigo allí donde fueron. En Egipto, el color Índigo estaba presente en todo: en lo espiritual y en lo cotidiano. También en lo que ahora conocemos como México se intento reproducir la estructura y forma de vida original de la Atlántida, en Teotihuacán: “El Lugar donde los Hombres se convierten en Dioses”.

Los hombres y mujeres espirituales de todas las épocas y culturas han tratado de trasmitirnos este mensaje a través de su vinculo con Sirio, el sol de nuestro sol: la fuente de procedencia Índigo, la puerta dimensional desde donde llegaron los delfines, nuestros aliados y que ahí siguen esperando a que la humanidad alcance el potencial de conciencia necesario para trasmitirnos su mensaje de ayuda en el proceso de “vuelta al hogar”.


¿Quiénes son los llamados NIÑOS ÍNDIGO?

Los llamados Niños Índigo son seres evolucionados que pertenecen a formas de vida en la que no se han desvinculado de la frecuencia Índigo y que son por lo tanto, la “base de datos sin contaminar” que permitirá a este planeta poder realizar el cambio frecuencial hacia la MULTIDIMENSIONALIDAD. Su misión, por lo tanto, no se limita a ayudarnos a la humanidad a entrar en la Cuarta dimensión, sino que va mucho mas allá.

La mayoría de ellos no han sido “seres humanos terrestres” nunca. Algunos de ellos han evolucionado de otra manera completamente diferente a nosotros: evolucionaron en la frecuencia de la ARMONÍA CONSTANTE, es decir, en lo que nosotros “conocemos” como reino Angélico.

Pero no nos confundamos: ahora tienen cuerpo físico y herencia genética de sus padres, por lo tanto es responsabilidad de todos ayudarles a recuperar su “memoria”, porque es en su memoria donde guardan los datos del por qué están aquí y de cuál es su misión.
Esta capacidad “no contaminante” es lo que los hace especiales en el sentido de SERES ESPECIALIZADOS.

Nuestra tarea (la de los padres de niños índigo y la de educadores de niños índigo) no es fácil, pero sí muy, muy gratificante. No son niños “raros”, la mayoría no son superdotados, pero todos tiene algo en común. EMOCIONALMENTE SON ADULTOS. Se comportan como niños “normales”, pero hay algo especial en su mirada... es una energía de calma, de que todo está bien en su interior (no nos confundamos, algunos niños índigo son hiperquinéticos, es decir que no paran).

Son nuestros maestros, pero nosotros tenemos que enseñarles para que puedan ellos enseñamos a nosotros.

Todas las personas que estamos comprometidas en un camino espiritual ESTAMOS SIN EXCEPCIÓN EN CONTACTO CON LOS LLAMADOS NIÑOS ÍNDIGO: puede que te los encuentres como hijos, como compañeros de vida, de trabajo, como alumnos, como pacientes. Por lo que más vale que sepamos como hay que “actuar” ante estos maravillosos maestros multidimensionales.

Solo hay una dirección a seguir con los Niños Índigo: DEBEMOS SABER CUÁL ES SU PASIÓN EN LA VIDA. AQUELLO QUE REALMENTE LES ENTUSIASMA.

Con estos niños, con estas personas, más que con ninguna otra, debemos dejar de lado nuestros condicionamientos “normales” en cuanto a enfoque educativo, en cuanto a roles sociales, en cuanto a “lo que es normal para que sea un adulto de provecho y pueda encajar en esta sociedad”.

Sepámoslo bien: ELLOS NO VIENEN A ENCAJAR EN ESTA SOCIEDAD: VIENEN A CAMBIAR ESTA SOCIEDAD. Ellos traen de nuevo la frecuencia ÍNDIGO, la de la Luz Espiritual, y sepámoslo bien: NO EXISTE NADA QUE NO SEA ESPIRITUAL, INCLUSO LA MATERIA SÓLO ES LUZ DEMASIADO DENSIFICADA. Ellos vienen a devolver lo que siempre perteneció a este planeta LA PURA LUZ ESPIRITUAL.

Hagan lo que hagan con su vida, mientras les apasione, siempre estará bien, siempre contribuirá a realizar el cambio, a despertar conciencias, a elevar la frecuencia, a entrar en la multidimensionalidad del Hombre/Mujer de la Nueva Era, de la Era de Acuario, el Aguador que vierte infinitamente la Sabiduría del Fluido Azul de la Luz Blanca, del Fuego Sagrado que vela por la Luz de los Mundos.


Nina Llinares - NARAYAN KAUR

(Instructora de Formadores y Terapeutas de NIÑOS ÍNDIGO)
www.geocities.com/nllinares






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