Por Eric Dowsett, www.clearhomeclearheart.com
Introducción:
En el mes de noviembre del 2005 tuve la fortuna de asistir al taller “Limpiando el Corazón” impartido por Eric Dowsett.
Este taller de 3 días cambió mi vida en una forma muy significativa. La sencillez de Eric, la apertura de su corazón, su inmensa compasión, realmente me conmovieron hasta lo más profundo.
A partir de este año deseo comenzar a compartir la maravillosa técnica de limpieza que aprendí con él, y también deseo compartir con todos parte de sus enseñanzas a través de sus propios artículos.
Con amor
Claudia
Elecciones
Eric Dowsett
Una elección en esta vida puede conducir a una persona a través de muchos y variados senderos, cada uno válido y lleno de experiencias importantes.
Comenzando la vida con el ADN de los padres y los ancestros y, muy probablemente, memorias de “otras” experiencias difíciles de explicar, llegamos a la vida con un fundamento listo para experiencias posteriores.
Somos obviamente únicos. El complejo patrón del ADN y las memorias ancestrales contenidas en el ADN serían suficientes para hacernos únicos, pero existe otra parte de nuestra memoria, no tan clara o tan obviamente atribuible al ADN y a los ancestros.
Esta otra parte parece ser la acumulación de memorias y experiencias de vidas “pasadas”. Tengo mis dudas para usar las palabras ‘vidas pasadas’ aunque esta es una salida fácil. Para mí, ‘vidas pasadas’ son probablemente una causa para esas otras memorias, pero es difícil probarlo como tal. Como cada vez comprendo menos sobre el tiempo y el espacio, el ‘pasado’ significa diferentes cosas para mi ahora. Como sea, tenemos estas memorias, algunas más obvias que otras y sobre este marco construimos nuestras vidas.
Nuestros padres, el lugar y el tiempo de nuestros nacimientos, todos los aspectos sociales y ambientales en el momento del nacimiento, dieron forma a nuestras vidas en desarrollo.
Creencias raciales, étnicas, financieras, religiosas, el trasfondo político, la inteligencia heredada o ‘acumulada’, todo son piezas del rompecabezas de quienes somos y de lo que será nuestro potencial.
Conforme nos identificamos con estos aspectos en particular cada vez más, ayudamos a definir esos aspectos como estos nos ayudan a definirnos. Nos convertimos en ellos y estos en nosotros. Es difícil decir en forma definitiva por qué somos quienes somos.
Reconocemos que somos producto de nuestro pasado, ancestral y vivencial, pero tratar de encontrar una causa inicial, para mí, es imposible. El pecado original fue un chivo expiatorio de la religión, allí terminó el análisis… pero eso es solo una fantasía ahora. Muchos están despertando de ese sueño muy rápidamente.
Y aún así por lo general nos aferramos tenazmente a nuestros conceptos e ideas de quienes somos, dándoles gran importancia, peleando regularmente para mantenerlos, incluso imponiéndoselos a otros. Esta es la forma… Es así como deberían ser las cosas… Es así como queremos que ellos sean, etc. Por lo general ni siquiera cuestionamos nuestros valores. Nacimos en ellos, los hemos adoptado, entonces debemos estar en lo correcto.
En resumidas cuentas, al menos para mí, es que no importa lo que sea en lo que creamos actualmente o con lo que nos asociemos, esto comenzó como un patrón de creencia.
En algún lugar, en algún momento, incluso eso que identificamos como del ADN o ancestral, fue en algún punto en el tiempo un patrón de creencia, o más acertadamente, fue una elección de identificación con una experiencia, en lugar de permanecer como el experimentador. Trabajo reciente en neurobiología, notablemente expuesto por el Dr. Candance Pert, ha encontrado un vínculo entre las emociones y el físico.
Puesto en forma simple, conforme experimentamos un evento, dependiendo de la intensidad de ese evento y nuestra identificación con él, existe una estimulación eléctrica que ocurre en el cerebro, como resultado de la experiencia. Nuestro cerebro está registrando la experiencia.
Ahora nosotros, conscientemente o no, juzgamos esa experiencia, en algún lugar entre lo bueno y lo malo. (Este juicio, como veremos más tarde, por lo regular se relaciona con nuestros conceptos del ser actuales).
Entonces, conforme el cerebro reacciona a la experiencia, sigue una reacción física, y como resultado de esa reacción, se produce un neuro-péptido. Un neuro-péptido es un aminoácido, esencial para el bienestar del cuerpo. Este neuro-péptido tomará las características de la experiencia, entonces si hemos juzgado una experiencia como una de enojo, entonces el neuro-péptido habrá sostenido la memoria del enojo.
Siguiendo este razonamiento, podemos ver si identificamos continuamente, o juzgamos experiencias como experiencias de enojo, entonces cargaremos nuestro sistema con muchos de los neuro-péptidos que tienen una memoria de enojo. Posteriormente, conforme pensamos, nos transformamos en eso, conforme juzgamos, nos transformamos en eso, conforme nos identificamos, nos transformamos en eso.
Entre más nos identificamos con el enojo, más nos convertimos en eso. Esto no se limita al enojo. Cualquier estado emocional, cualquier pensamiento o creencia con el cual nos identificamos continuamente, deja una memoria energética en el cuerpo físico. Muy pronto el cuerpo reacciona al patrón ambiental y social en una forma muy nueva. Reacciona a través de la memoria acumulada sostenida en las células, de nuestra tendencia previa a identificarnos con diversas experiencias, y/o a nuestro juicio de esas experiencias como buenas o malas, o algo intermedio.
Esto inicia un ciclo que se auto-perpetúa. Parecemos perder el control, perder la habilidad para timonear nuestro barco, conforme nuestras memorias toman el poder y parecen tener vida propia. Después de algunos años de acumular patrones de creencia específicos, nos hemos perdido tan completamente en esas creencias, que pensamos que somos esas creencias.
¡Pueden ver lo difícil que es decir cuando comenzó todo! Combinando esta colección fantástica de conceptos y creencias, nosotros, como niños pequeños, somos sujetos de experiencias abrumadoras que en ese momento podemos encontrar muy difíciles de entender o procesar con eficiencia. Por procesar con eficiencia me refiero a absorber dentro de la totalidad de quienes creemos que somos, no a cerrarnos, negar o excluir información o experiencias porque son buenas o malas.
Cualquier experiencia que queda excluida por la razón que sea, parece ser puesta de lado, y nos decimos, no puedo lidiar con esto en este momento. Lo voy a archivar para que una personalidad futura lo enfrente.
Los sicólogos pueden llamar a esto negación. A su vez, esta información no enfrentada entonces se convierte en parte de nuestra ‘sombra’, aquello que está escondido, ‘no amado’ no enfrentado.
Como podemos ver, nuestra ‘sombra’ es igualmente parte de quienes somos que nuestro lado ‘más luminoso’ y la sombra es igual de poderosa en la creación del mundo en que vivimos.
De vuelta al niño pequeño, el condicionamiento que experimentamos a través de los primeros años, será algo que puede permanecer con nosotros, como una parte del ser no amada, durante muchos años. Para algunos, esto nunca se reconoce, no digamos que se enfrente.
Esta información continúa presentándose ya sea en una relación íntima, social, o un ambiente de trabajo, incluso los eventos más importantes de la vida pueden estar moldeados por experiencias infantiles carentes de amor. Cada vez que nos encontramos confrontados por nuestra propia sombra, los aspectos ‘no amados’ del ser de una edad temprana, tendemos a reaccionar instintivamente, arremetiendo desde la rabia o la frustración y fallando en la visión de lo que realmente está sucediendo. Estoy hablando de mi experiencia personal.
Esto puede o no aplicar a ustedes o a aquellos a quienes aman. Simplemente no somos conscientes del momento en que caemos en la reacción, sucede muy rápido. Antes de que sepamos, nuestros cuerpos pasan a la memoria, algunas veces un recuerdo en todo el cuerpo de un trauma anterior, y nos encontramos defendiendo una posición totalmente indefendible.
Imaginen lo que es vivir la vida cargando tal sombra. Su sombra puede tener poco que ver con su niñez actual. Puede ser una memoria almacenada en sus genes, heredada de los ancestros hace tiempo, puede ser esta experiencia de ‘vida pasada’ que todavía tiene poder sobre ustedes. Pero, lo que sea, a través de una inhabilidad para enfrentar efectivamente alguna pieza de información en su pasado, reconocible o no, son una víctima de esa información.
Si llevamos esta idea hacia otro nivel, entonces veremos que solo somos memoria, nada más y nada menos. Incluso el cuerpo físico son células reaccionando a información almacenada como memoria. Es asombroso que podamos aferrarnos tanto a algo tan etéreo como una memoria, algo tan intangible, y hacerlo ‘real’ para nosotros y para otros. En un sentido, esta es una parte emocionante de la vida, como creamos nuestra ‘realidad’ actual basados en memorias pasadas. También puede ser cuestionable, cuando te retiras y observas lo que está sucediendo.
La diversidad es maravillosa, pero la búsqueda de la felicidad, basada en memorias pasadas, que no eran ni más ni menos que el resultado de una identificación personal con una experiencia, tiene que ser la historia del perro persiguiendo su cola para terminar todas estas historias. No hay principio ni fin, solo la eterna búsqueda de lo inalcanzable.
Estoy fuertemente influenciado por alguna memoria ‘previa’ de las enseñanzas de Buda, esto debe ser obvio ahora. Pero yo estaba y estoy también influenciado por las enseñanzas de Jesús, el Cristo, porque ese fue el ambiente en el que crecí. La iglesia de Inglaterra, gracias a Enrique octavo. Una mezcla interesante; ambos hablan sobre la compasión y el amor, incondicional… las palabras, de los hombres, no las traducciones de los seguidores que los siguieron.
En donde un grupo de palabras se dispusieron para iluminar, otras han sido manipuladas para mantener a sus seguidores en la oscuridad. Pero la esencia básica de cada una de las enseñanzas es esencialmente la misma, no alguna interpretación religiosa, de acuerdo a ‘el’ dijo esto y dijo lo otro… sino la esencia de las enseñanzas.
Tratar de aplicar y vivir estas palabras simples, la compasión y el amor incondicional, ha sido una de las partes más desafiantes de mi viaje personal.
Antes de poder comenzar a conocer la verdad y el poder de esas palabras, las conocí como palabras, pero no como verdades personales, tuve que pasar por muchas experiencias, cada una mostrándome en donde había todavía partes no amadas de mi pasado.
No fue hasta los primeros años de mis 40’s en que finalmente comencé a captarlo. Era conmigo, con un reflejo de sombra con lo que estaba lidiando. Aunque me habían dicho esto en varias ocasiones, debido a que estaba en reacción, no podía aceptar la verdad de la situación.
Mi comprensión creada internamente de las enseñanzas de Buda era una fuerza conductora fuerte, y yo intentaba vivir mi vida de acuerdo a esas enseñanzas, pero la mayor parte del tiempo fallé en vivirlas verdaderamente. Sin embargo, entre más reconocí y acepté la parte que estaba jugando mi subconsciente en la creación de mi realidad, más me empoderaba para hacer algo al respecto, para cambiar lo externo, cambiando lo interno. Amar la sombra es todavía la parte más desafiante de mi viaje de vida. Me ayuda reconocer que casi todas las personas que conozco están pesadamente influenciadas por su propia sombra, pero aún el pasado está grabado tan profundamente dentro lo que pienso que soy (lo que pensamos que somos), que salir de los conceptos limitantes del pasado es un reto constante.
Mi camino en la enseñanza, es por supuesto aprender, y conforme aprendo, me muevo a lo largo del camino, compartiendo mi viaje con otros, conforme todos compartimos nuestro viaje.
¿Estamos yendo a casa? ¿Existe algún hogar al que ir, nos estamos acerando? ¿Existe una meta? ¿O simplemente estamos reconociendo que hemos creado nuestra ‘realidad’ basados en nuestro pasado, y que existe un futuro disponible para nosotros libre de las limitaciones del pasado? Cualquiera que sea la respuesta, el viaje es la clave.
El mundo cambiará y continuará desenvolviéndose sin ninguna ayuda de mi parte, sin o sin mi, ¿pero y yo?
Eric Dowsett (www.clearhomeclearheart.com)
Traducción Claudia Cuesta (http://www.reskarendaya.com)
Nota del traductor: Esta traducción está registrada en derechos de autor, se prohíbe su reproducción total o parcial con fines de lucro
Este taller de 3 días cambió mi vida en una forma muy significativa. La sencillez de Eric, la apertura de su corazón, su inmensa compasión, realmente me conmovieron hasta lo más profundo.
A partir de este año deseo comenzar a compartir la maravillosa técnica de limpieza que aprendí con él, y también deseo compartir con todos parte de sus enseñanzas a través de sus propios artículos.
Con amor
Claudia
Elecciones
Eric Dowsett
Una elección en esta vida puede conducir a una persona a través de muchos y variados senderos, cada uno válido y lleno de experiencias importantes.
Comenzando la vida con el ADN de los padres y los ancestros y, muy probablemente, memorias de “otras” experiencias difíciles de explicar, llegamos a la vida con un fundamento listo para experiencias posteriores.
Somos obviamente únicos. El complejo patrón del ADN y las memorias ancestrales contenidas en el ADN serían suficientes para hacernos únicos, pero existe otra parte de nuestra memoria, no tan clara o tan obviamente atribuible al ADN y a los ancestros.
Esta otra parte parece ser la acumulación de memorias y experiencias de vidas “pasadas”. Tengo mis dudas para usar las palabras ‘vidas pasadas’ aunque esta es una salida fácil. Para mí, ‘vidas pasadas’ son probablemente una causa para esas otras memorias, pero es difícil probarlo como tal. Como cada vez comprendo menos sobre el tiempo y el espacio, el ‘pasado’ significa diferentes cosas para mi ahora. Como sea, tenemos estas memorias, algunas más obvias que otras y sobre este marco construimos nuestras vidas.
Nuestros padres, el lugar y el tiempo de nuestros nacimientos, todos los aspectos sociales y ambientales en el momento del nacimiento, dieron forma a nuestras vidas en desarrollo.
Creencias raciales, étnicas, financieras, religiosas, el trasfondo político, la inteligencia heredada o ‘acumulada’, todo son piezas del rompecabezas de quienes somos y de lo que será nuestro potencial.
Conforme nos identificamos con estos aspectos en particular cada vez más, ayudamos a definir esos aspectos como estos nos ayudan a definirnos. Nos convertimos en ellos y estos en nosotros. Es difícil decir en forma definitiva por qué somos quienes somos.
Reconocemos que somos producto de nuestro pasado, ancestral y vivencial, pero tratar de encontrar una causa inicial, para mí, es imposible. El pecado original fue un chivo expiatorio de la religión, allí terminó el análisis… pero eso es solo una fantasía ahora. Muchos están despertando de ese sueño muy rápidamente.
Y aún así por lo general nos aferramos tenazmente a nuestros conceptos e ideas de quienes somos, dándoles gran importancia, peleando regularmente para mantenerlos, incluso imponiéndoselos a otros. Esta es la forma… Es así como deberían ser las cosas… Es así como queremos que ellos sean, etc. Por lo general ni siquiera cuestionamos nuestros valores. Nacimos en ellos, los hemos adoptado, entonces debemos estar en lo correcto.
En resumidas cuentas, al menos para mí, es que no importa lo que sea en lo que creamos actualmente o con lo que nos asociemos, esto comenzó como un patrón de creencia.
En algún lugar, en algún momento, incluso eso que identificamos como del ADN o ancestral, fue en algún punto en el tiempo un patrón de creencia, o más acertadamente, fue una elección de identificación con una experiencia, en lugar de permanecer como el experimentador. Trabajo reciente en neurobiología, notablemente expuesto por el Dr. Candance Pert, ha encontrado un vínculo entre las emociones y el físico.
Puesto en forma simple, conforme experimentamos un evento, dependiendo de la intensidad de ese evento y nuestra identificación con él, existe una estimulación eléctrica que ocurre en el cerebro, como resultado de la experiencia. Nuestro cerebro está registrando la experiencia.
Ahora nosotros, conscientemente o no, juzgamos esa experiencia, en algún lugar entre lo bueno y lo malo. (Este juicio, como veremos más tarde, por lo regular se relaciona con nuestros conceptos del ser actuales).
Entonces, conforme el cerebro reacciona a la experiencia, sigue una reacción física, y como resultado de esa reacción, se produce un neuro-péptido. Un neuro-péptido es un aminoácido, esencial para el bienestar del cuerpo. Este neuro-péptido tomará las características de la experiencia, entonces si hemos juzgado una experiencia como una de enojo, entonces el neuro-péptido habrá sostenido la memoria del enojo.
Siguiendo este razonamiento, podemos ver si identificamos continuamente, o juzgamos experiencias como experiencias de enojo, entonces cargaremos nuestro sistema con muchos de los neuro-péptidos que tienen una memoria de enojo. Posteriormente, conforme pensamos, nos transformamos en eso, conforme juzgamos, nos transformamos en eso, conforme nos identificamos, nos transformamos en eso.
Entre más nos identificamos con el enojo, más nos convertimos en eso. Esto no se limita al enojo. Cualquier estado emocional, cualquier pensamiento o creencia con el cual nos identificamos continuamente, deja una memoria energética en el cuerpo físico. Muy pronto el cuerpo reacciona al patrón ambiental y social en una forma muy nueva. Reacciona a través de la memoria acumulada sostenida en las células, de nuestra tendencia previa a identificarnos con diversas experiencias, y/o a nuestro juicio de esas experiencias como buenas o malas, o algo intermedio.
Esto inicia un ciclo que se auto-perpetúa. Parecemos perder el control, perder la habilidad para timonear nuestro barco, conforme nuestras memorias toman el poder y parecen tener vida propia. Después de algunos años de acumular patrones de creencia específicos, nos hemos perdido tan completamente en esas creencias, que pensamos que somos esas creencias.
¡Pueden ver lo difícil que es decir cuando comenzó todo! Combinando esta colección fantástica de conceptos y creencias, nosotros, como niños pequeños, somos sujetos de experiencias abrumadoras que en ese momento podemos encontrar muy difíciles de entender o procesar con eficiencia. Por procesar con eficiencia me refiero a absorber dentro de la totalidad de quienes creemos que somos, no a cerrarnos, negar o excluir información o experiencias porque son buenas o malas.
Cualquier experiencia que queda excluida por la razón que sea, parece ser puesta de lado, y nos decimos, no puedo lidiar con esto en este momento. Lo voy a archivar para que una personalidad futura lo enfrente.
Los sicólogos pueden llamar a esto negación. A su vez, esta información no enfrentada entonces se convierte en parte de nuestra ‘sombra’, aquello que está escondido, ‘no amado’ no enfrentado.
Como podemos ver, nuestra ‘sombra’ es igualmente parte de quienes somos que nuestro lado ‘más luminoso’ y la sombra es igual de poderosa en la creación del mundo en que vivimos.
De vuelta al niño pequeño, el condicionamiento que experimentamos a través de los primeros años, será algo que puede permanecer con nosotros, como una parte del ser no amada, durante muchos años. Para algunos, esto nunca se reconoce, no digamos que se enfrente.
Esta información continúa presentándose ya sea en una relación íntima, social, o un ambiente de trabajo, incluso los eventos más importantes de la vida pueden estar moldeados por experiencias infantiles carentes de amor. Cada vez que nos encontramos confrontados por nuestra propia sombra, los aspectos ‘no amados’ del ser de una edad temprana, tendemos a reaccionar instintivamente, arremetiendo desde la rabia o la frustración y fallando en la visión de lo que realmente está sucediendo. Estoy hablando de mi experiencia personal.
Esto puede o no aplicar a ustedes o a aquellos a quienes aman. Simplemente no somos conscientes del momento en que caemos en la reacción, sucede muy rápido. Antes de que sepamos, nuestros cuerpos pasan a la memoria, algunas veces un recuerdo en todo el cuerpo de un trauma anterior, y nos encontramos defendiendo una posición totalmente indefendible.
Imaginen lo que es vivir la vida cargando tal sombra. Su sombra puede tener poco que ver con su niñez actual. Puede ser una memoria almacenada en sus genes, heredada de los ancestros hace tiempo, puede ser esta experiencia de ‘vida pasada’ que todavía tiene poder sobre ustedes. Pero, lo que sea, a través de una inhabilidad para enfrentar efectivamente alguna pieza de información en su pasado, reconocible o no, son una víctima de esa información.
Si llevamos esta idea hacia otro nivel, entonces veremos que solo somos memoria, nada más y nada menos. Incluso el cuerpo físico son células reaccionando a información almacenada como memoria. Es asombroso que podamos aferrarnos tanto a algo tan etéreo como una memoria, algo tan intangible, y hacerlo ‘real’ para nosotros y para otros. En un sentido, esta es una parte emocionante de la vida, como creamos nuestra ‘realidad’ actual basados en memorias pasadas. También puede ser cuestionable, cuando te retiras y observas lo que está sucediendo.
La diversidad es maravillosa, pero la búsqueda de la felicidad, basada en memorias pasadas, que no eran ni más ni menos que el resultado de una identificación personal con una experiencia, tiene que ser la historia del perro persiguiendo su cola para terminar todas estas historias. No hay principio ni fin, solo la eterna búsqueda de lo inalcanzable.
Estoy fuertemente influenciado por alguna memoria ‘previa’ de las enseñanzas de Buda, esto debe ser obvio ahora. Pero yo estaba y estoy también influenciado por las enseñanzas de Jesús, el Cristo, porque ese fue el ambiente en el que crecí. La iglesia de Inglaterra, gracias a Enrique octavo. Una mezcla interesante; ambos hablan sobre la compasión y el amor, incondicional… las palabras, de los hombres, no las traducciones de los seguidores que los siguieron.
En donde un grupo de palabras se dispusieron para iluminar, otras han sido manipuladas para mantener a sus seguidores en la oscuridad. Pero la esencia básica de cada una de las enseñanzas es esencialmente la misma, no alguna interpretación religiosa, de acuerdo a ‘el’ dijo esto y dijo lo otro… sino la esencia de las enseñanzas.
Tratar de aplicar y vivir estas palabras simples, la compasión y el amor incondicional, ha sido una de las partes más desafiantes de mi viaje personal.
Antes de poder comenzar a conocer la verdad y el poder de esas palabras, las conocí como palabras, pero no como verdades personales, tuve que pasar por muchas experiencias, cada una mostrándome en donde había todavía partes no amadas de mi pasado.
No fue hasta los primeros años de mis 40’s en que finalmente comencé a captarlo. Era conmigo, con un reflejo de sombra con lo que estaba lidiando. Aunque me habían dicho esto en varias ocasiones, debido a que estaba en reacción, no podía aceptar la verdad de la situación.
Mi comprensión creada internamente de las enseñanzas de Buda era una fuerza conductora fuerte, y yo intentaba vivir mi vida de acuerdo a esas enseñanzas, pero la mayor parte del tiempo fallé en vivirlas verdaderamente. Sin embargo, entre más reconocí y acepté la parte que estaba jugando mi subconsciente en la creación de mi realidad, más me empoderaba para hacer algo al respecto, para cambiar lo externo, cambiando lo interno. Amar la sombra es todavía la parte más desafiante de mi viaje de vida. Me ayuda reconocer que casi todas las personas que conozco están pesadamente influenciadas por su propia sombra, pero aún el pasado está grabado tan profundamente dentro lo que pienso que soy (lo que pensamos que somos), que salir de los conceptos limitantes del pasado es un reto constante.
Mi camino en la enseñanza, es por supuesto aprender, y conforme aprendo, me muevo a lo largo del camino, compartiendo mi viaje con otros, conforme todos compartimos nuestro viaje.
¿Estamos yendo a casa? ¿Existe algún hogar al que ir, nos estamos acerando? ¿Existe una meta? ¿O simplemente estamos reconociendo que hemos creado nuestra ‘realidad’ basados en nuestro pasado, y que existe un futuro disponible para nosotros libre de las limitaciones del pasado? Cualquiera que sea la respuesta, el viaje es la clave.
El mundo cambiará y continuará desenvolviéndose sin ninguna ayuda de mi parte, sin o sin mi, ¿pero y yo?
Eric Dowsett (www.clearhomeclearheart.com)
Traducción Claudia Cuesta (http://www.reskarendaya.com)
Nota del traductor: Esta traducción está registrada en derechos de autor, se prohíbe su reproducción total o parcial con fines de lucro
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